Hace un año intente mi primera sesión
de Martin, con unos resultados que no fueron los deseados.
26/10/2010
Unos días antes de la jornada fotográfica
me pase por el rio para dejar un posadero y que se fuera acostumbrando a él,
con la intención de cambiarlo el día de la sesión por un palito más vistoso y
atractivo.
Por fin llego el día y doy un paseo hasta la zona en cuestión y a una distancia más que
prudencial observo con los prismáticos que esta posado en el sitio preparado,
espero unos minutos a que se marche, para que no se percate de mi presencia,
hasta preparar el tinglado, cuando llego al lugar donde voy a montar el hide
comienza a dar pasadas por el rio y en lugar
de incomodarle el sigue a su aire sin dejar de sobrevolar la orilla, yo atacado
de los nervios monto el hide en tiempo record, me meto dentro a toda leche, sin
cambiar el posadero y sin ninguna esperanza de hacer una sola foto, a si que
así me tuvo casi cuatro horas esperando, viéndole posado en las ramas del fondo
y dando pasadas arriba y abajo, cuando estaba a punto de recoger los trastos
decidió parar a visitarme, tan solo le pude hacer siete fotos con una luz estupenda, con el sol poniéndose tras las lomas, el bicho quedo guapo con unos
colores verdes espectaculares pero con
un posadero de lo más cutre.
Hace unos días justo un año después volví al mismo
sitio y utilice la misma táctica, poner un posadero previo unos días antes,
pero esta vez fui con las ideas más claras y dispuesto a no dejarme intimidar
por este bello canijo, monté el hide, puse el palo elegido para el momento,
casi otras tres horas de espera y cuando la luz era la mejor apareció, en esta
ocasión le hice unas cuantas fotos en los siete u ocho minutos que estuvo
posando.
D200, 50-500, 500mm, F/8, 1/80s, +0.7EV, ISO 160, recorte de +/- 20%
D200, 50-500, 500mm, F/8, 1/80s, +0.7EV, ISO 160
D200, 50-500, 420mm, F/8, 1/80s, +0.7EV, ISO 160
D200, 50-500, 320mm, F/8, 1/80s, +0.7EV, ISO 160